Vayas donde vayas, todo es color rosa o rojo.
Y entres en el blog que entres siempre encontrarás post dedicados a este día.
Aquí, no podíamos ser menos, ya que, queramos o no nos arrastra esta corriente.
Ya hice un post con regalos, eso sí, hechos por nosotros, que son muchísimos más personales y con carácter. (AQUI)
Y hoy os voy a compartir una receta para la cena del viernes.
Algunos ya sabéis que estoy a dieta. ¡Ya he perdido 12kg.!
Estoy muy contenta, creo que en algún momento os contaré algunas cosillas de las muchas que estoy aprendiendo, pero vamos a lo nuestro...
Pues eso, que hacer algo que sea de dieta no quiere decir que sea algo soso, aburrido y no grato al paladar. Estoy aprendiendo a usar los productos que tengo en casa, pero con cabeza, y así salió esta receta que es de dieta, pero no lo parece, y además riquisima y muy vistosa... Ideal para una cena romántica, vereis.
Ingredientes:
Calabacines gorditos. Lo ideal es encontrar esos calabacines pequeñitos y redondos de color verde clarito, en Madrid no los suelo encontrar, pero si los encontráis son ideales para este tipo de recetas.
Gambas (Congeladas o frescas)
Cebolla
Queso crema descremado (tipo Philadelphia)
Queso rallado (Materia grasa <17%)
Lo primero que tenemos que hacer es cortar los calabacines, y vaciarlos con ayuda de una cuchara. Reservamos el relleno en un bol.
Los colocamos en una bandeja de horno cubierta con papel y los salamos. Metemos en el horno que tendremos caliente a 180ºC mientras que vamos preparando el relleno, 10-15 minutos. Habrá que vigilarlos, porque lo que queremos es que se asen, no que se quemen ;-)
Ahora picamos la cebolla en trocitos, como más nos guste. Y el calabacín que hemos reservado, también lo troceamos.
Ponemos una sartén al fuego con un chorrito de aceite. Cuando esté caliente echamos la cebolla, y cuando esté medio pochada echamos el calabacín, y a pochar.
Echará muchísimo líquido. Lo quitamos.
Ahora añadimos las gambas. Una ración generosa. Y las hacemos junto con las verduras.
Cuando veamos que ya está hecho, fuera del fuego añadimos el queso y removemos hasta formar una crema.
Si no estás a dieta puedes utilizar nata, pero debo decir que me sorprendió el resultado con el queso.
Lo probamos y salamos al gusto.
Podemos añadirle pimienta molida, incluso orégano, que al calabacín le va genial.
A estas alturas, nuestros calabacines ya deberían estar "asados" y fuera del horno. Tendréis que tener cuidado porque sueltan mucha agua que se queda dentro del hueco. Quitarla con cuidado, que quema.
Rellenamos los calabacines, y los cubrimos con el queso rallado.
Y al horno hasta que estén doraditos.
Os aseguro que están riquísimos.
La mezcla del calabacín con las gambas es extraordinaria.
¡Espero que os guste!
Disfrutad del día y muchos besos