Hace unos días tuvimos visita en casa, un amigo de mis hijos venia a pasar el fin de semana a Madrid.
El es de Burgos, y nos trajo como detalle un par de morcillas.
Si os digo que eran las mejores morcillas que habíamos probado, os digo poco.
Estaban exquisitas, nada grasientas, y con un toque de pimentón que le daba un gusto increíble.
Unos días más tarde, iba a preparar para cenar unas empanadillas de atún, con el inconveniente que no tenia atún en casa, así que tocaba improvisar, y me acordé que todavía quedaba una morcilla.
En definitiva, que hice
Use para hacerlas:
1 morcilla de burgos
1 cebolla
1/2 manzana reineta
pasas al gusto
1 paquete de empanadillas
La receta no puede ser más sencilla.
Lo primero que hay que hacer es quitarle la tripa a la morcilla y deshacerla, yo me ayudé de un tenedor.
Luego, en una sartén pochamos la cebolla, que habremos cortado en trocitos pequeños (el tamaño depende de si te gusta o no encontrar trozos de cebolla).
Añadimos las pasas (al gusto), y troceamos la manzana y la añadimos a la sartén.
Cuando ya está la cebolla bien pochadita, añadimos la carne de la morcilla, y rehogamos hasta que está bien hecha.
Y ya está, hay que dejar que temple un poco el relleno, y procedemos a hacer las empanadillas.
Acompañadas de una ensalada de canónigos, tomate cherry y queso feta, tenemos una cena excepcional.
Probé también a hacerlas con la manzana en crudo, sin pochar, y os puedo asegurar que mis catadores, también le dieron el visto bueno.
¡Espero que os haya gustado esta sencilla y fácil receta! y es que para hacer cosas ricas, lo único que tenemos que tener es una materia prima buena, y os puedo asegurar que estas morcillas eran buenas, buenas.
Un beso